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sábado, 6 de septiembre de 2008

Enmudeció el poeta

Buscaba el poeta inspiración genuina, al amor antiguo como el hombre,
Tan profundo como el seno del mar.
Con pasos inciertos caminó sobre las huellas de los más sonados,
De los más grandes amantes.
Se extravió; se encontró de pronto en el origen.
El poeta enmudeció cohibido con el murmullo del mar, susurro constante
Con el que declara su amor a la leal arena.
Palabras no pudo emitir ante el gracejo graznar de la frívola gaviota
Que planea coqueta en tropical viento arrogante.
Aquél que llevó su silbido hacia las copas de los árboles que se despiertan
Con el trinar, la incesante algarabía de los pájaros que midiendo puntual el día;
Con el mismo bullicio despiden al radiante sol que posa sobre los verdes pastos
Fecundos, engalanando en flor la semilla que cae con sobrado amor a cálida tierra
Adentrándose en ella, emulando al sol que se oculta en el mar al llegar la puesta,
Incitando al grillo cantar acompañado de la cigarra mientras tanto en la charca;
La rana croa a la noche de titilantes estrellas, sonrientes hermanas de las sombras
Amigas de la luna que se mantiene despierta esperando inquieta el amanecer, el alba
Que se filtra por la ventana para escuchar muy de cerca el prodigio, el llanto del niño
Colmado de amores que acaba de nacer.


Lourdes Ayala

TAQUITOS O ETANOL

Entre milpas me tuviste
Cosechando en el maizal
Sabores de tierra firme
Los granos al nixtamal.

Con fuerza soplaba el fuego
Que no dejara de arder
Encima un comal redondo
Calientitas para usted.

De puro maíz tortillas
Para tacos al pastor
Con su salsa picosita
El hambre ya me ganó.

Fui a una carreta de tacos
Allí escuché un comentario
Se llevaron el maíz
Etanol a producir.

Y se encontraron la caña
Para darle el mismo fin
La gasolina por cara
La van a sustituir.

Los taquitos al pastor
O mi tanque de etanol
Produzca etanol con leche
¿Paisano que le parece?

No me haga caso compadre
A causa de dicho alcohol
Mi auto da vueltas de balde
Parece ya me mareó.

Si el azúcar y el maíz
Son el sustento del auto
No le extrañe que el país
Se quede sin su alimento.

Tal como pintan las cosas
Expertos en la materia,
Llegan hambrunas globales
De medidas colosales.

La solución festejaron
Estos benditos profetas.
En el terreno estepario
De lujo mi camioneta.

El hambre ya me quitaron
Pastillas de clonidina
Viene tocando a la inversa
Ahora sí que se mandaron.

Lourdes Ayala

miércoles, 27 de agosto de 2008

Ciego, no muerto

Amarillo, indescriptible oscuridad incandescente y ya no te reconozco.
Matas el cantar de mi alegría con un actuar pecaminoso
Obligas al sentimiento a nacer desde adentro.
Robas mis besos y anhelas estrechar mi cuerpo.

Solo espero que no huela a traición
Este juego que jugamos tú y yo.

Siento el corazón que me dijo amor
Imagino el resto de un hermoso cuento
Elogian mi cuerpo tus labios de acero
Nena mía, algo así se sentía en tu pecho
Termino con esto, te digo te quiero
En el aire suspiro y de nuevo el fervor.

Lloras y abrazas mi alma dañada con cierta devoción.
Calmaste el fuego pero no del todo terminó
Y parece de repente que algo inmenso renació.
Me miran intensamente tus ojos de amor
Afirmando suavemente tu eterna pasión.

martes, 26 de agosto de 2008

Silencio en el Cristal

Frente al espejo un rio fluye , acaricio mi alma y no es solo costumbre
Escucho mi corazón palpitante, tan fuerte que pide clemencia.
Me agobia el sentimiento, me mata la pasión de mi sentir.
No llores mas mi niña, no cabe en el espacio una razón.
Egoísmo, tan pasible y silencioso que no existe hoy en mi.
Pena ajena, sensata mi manera y a raíz no se manifiesta;
Palpable como la puerta, aquí una vez más y pido clemencia.
No llores más mi niña, que tu ver ya no suele ser.
No te desgastes en el desierto de aires cálidos;
Porque tu calidez es mas tierna que la misma arena .
Tan seca tú “mujer de ilusión perfecta”, que la vida
Te dejó un mar de agua dulce del cual beber.
Un corazón tan grande se daña al doble, la vida gigante
Se gana en cobre , mi razón de seguir y saber lograr sin tropezar.
Mira esa luz que ilumina tu andar, la de las mañanas soleadas
Y los amaneceres brillantes , las que endulzan tu eterno despertar.
No permitas que los golpes de la vida te partan en partes desiguales,
Dejando la armonía en el abismo de los cuentos de princesas encantadas.
Aprecia el cristal del que nace cada vez la fuerza que abraza tu esencia.

lunes, 25 de agosto de 2008

MUJERES QUE VI VENIR

Y cómo no amarlas si son tan bellas,
Mujeres hermosas me hallé con ellas
De pronto a solas, me sentí afectado,
De su compañía necesitado.

De su piel bronceada que me ajusta bien,
En blanco bikini sin mirar a quién
Hechiza al vigía que se ve varado
Tan comprometido a seguir su paso.

Llenándome el día de mar y sol,
De arena que raspa en el bañador.
Cuando rompe la ola y escupe en la playa
Lo poco que dejas para la malla.

Camino a casa, por secarme un poco
Me meto a un antro buscando reposo.
Salvaje ante mí la mítica loba
Con malicia se acomoda.

Con una copa nos llevamos bien
Con dos y tres garantiza el después,
Un movimiento y ya me tiene arriba
Domina y abajo, se agrió el tequila.

Decido salir me encuentro en la calle,
A la nevería bien que lo vale.
Dulce tentación pido de limón,
La nena con correcta invitación.

Emana sutil encanto, ternura,
Voy pido su mano y la entregan toda.
Sencillez genuina no me la acabo,
Ni donde ponerla ocupa mucho espacio.

Desesperado me fui a mi chalé,
Fino nuevo decorado encontré.
¿Champagne mademoiselle? Con suma elegancia
Cruzó las piernas cual enredadera.

Pidió su equipaje, renovó atuendo,
Buena cena, buen vino degustando.
En cuatro minutos al vuelo gana
Libra excedida, no pasa aduana.

Usualmente vivo desprevenido
Doy cuenta de ello cuando sin sentirlo
Me encuentro zampado en mieles y esencias,
A seguir la charla a apetecer de ellas.

DE BOCA DE JUAN
Lourdes Ayala